Con 21 años y un título como fonoaudióloga profesional, Judy Pinzón sonríe y agradece a la Fundación Monseñor Emilio de Brigard, al Gimnasio Sabio Caldas y al Gimnasio Moderno, por la oportunidad de continuar con su educación superior.
Después de cuatro años de esfuerzos, trasnochos y largos trayectos de la casa a la universidad, se cumple un proyecto más de esta joven soñadora. Judy vive con su mamá, su hermano mayor y su hermana menor. Durante su infancia tuvo que vivir el dolor de la violencia intrafamiliar y ver de cara a las necesidades, lo cual no fue una excusa para truncar sus sueños.
Cuenta que desde muy pequeña quiso estudiar en el Gimnasio Sabio Caldas, pues creía que era una puerta a las posibilidades. Se destacó por ser buena estudiante durante su vida escolar, lo cual facilitó su vinculación al Programa de Becas La grulla. “Ese día no supe que hacer, solo llorar. Lloraba y lloraba porque no lo podía creer”, dice Judy sobre el día en que le otorgaron la beca.
Su paso por la universidad fue una de las cosas más enriquecedoras para ella y cuenta que, a pesar de los altibajos, siempre encontró en la Fundación Emilio el apoyo incondicional que necesitaba. Por esta razón habla con orgullo y agradecimiento por haber sido becaria, y sabe que la misión no termina, porque así como uno de sus sueños se materializó gracias a la ayuda de la Fundación y sus donantes, ella espera poder contribuir a esta misma labor en un futuro.